La reina Berenguela cede la corona de Castilla a su hijo Fernando III, el cual será conocido por la historiografía como el Santo. Berenguela era regente de Castilla tras la muerte de su hermano Enrique, que murió apenas siendo un niño. Lo que dio lugar a una serie de tensiones entre la nobleza castellana por controlar el trono que casi dan lugar a una guerra civil. No obstante Berenguela conseguirá mantenerse firme contra los Lara que querían controlar la regencia de trono de Castilla.
Berenguela era hija del rey Alfonso VIII de Castilla y de Leonor de Plantagenet era por tanto de la dinastía de Borgoña. Casada con Alfonso IX de León, el matrimonio sería declarado nulo por el papa por motivos de consanguineidad, no obstante su hijo Fernando si era considerado legitimo al trono de Castilla y de León.
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